LOS CASCOTES DE LA BIBLIA
Las murallas de Jericó no se desplomaron a los sones de trompetas y Juan Bautista no vivió en la cueva de Israel que se ha presentado como el sitio en el que inició a muchos seguidores. Lo primero no ocurrió y lo segundo, de pasar, no hay pruebas de que sucediera en la gruta que se ha dicho. Historiadores como Israel Finkelstein y Neil A. Silberman, autores de 'La Biblia desenterrada' (2001), achacan el derrumbamiento de las defensas de Jericó a la propaganda política del siglo VII antes de Cristo (aC), cuando el reino de Judá reescribió el pasado para legitimar sus afanes expansionistas... Sigue en Magonia.